Feminismo: ¿compatible con las prótesis mamarias?

Si hay un tema que está en la boca de todos, ese es el feminismo. Y ya era hora. Históricamente, las mujeres han sufrido una discriminación sistemática que ha perjudicado su posición en el mundo laboral, político, académico y doméstico y eso ha hecho que los hombres siempre ocupen las posiciones de poder. Ante eso, el feminismo viene a responder a una demanda por parte de las mujeres de conseguir la igualdad plena en todos los aspectos de la sociedad.

En ciertos grupos feministas, las cirugías estéticas son rechazadas. Para muchos, se circunscriben a cirugías donde la prioridad es resaltar a la mujer como un producto de belleza, donde solo importa su físico, sin que se tome en cuenta su valor intelectual y social. Sin embargo, esto no tiene por qué ser así, porque hay millones de motivos por los que una mujer decide hacerse una cirugía estética, y más aún si es una implantación de prótesis ergonómicas.

¿Por qué es compatible el feminismo con las mamoplastias?

La única persona que puede decidir tomar la decisión de hacerse un implante de protesis ergonomicas es la mujer. No hay más. Otras personas pueden influir, aconsejar y sugerir, pero la mujer es la única que está en capacidad de tomar una decisión de este calibre. Siempre que ella sea autónoma en sus decisiones, no se puede hablar en ningún momento de que existe machismo para no ser considerada.

Aunque es cierto que hay círculos donde las presiones por la estética y el físico son constantes, es posible tener otras perspectivas a partir de las cirugías de aumentos de senos. Hay motivos como el cáncer, así como también otras enfermedades y accidentes que llevan a las mujeres a hacerse otras cirugías. También hay las que simplemente deciden que su cuerpo se vería mejor con implantes y eso es una decisión que solo compete a la involucrada, por lo que no debe ser cuestionada por ningún hombre, ni por otras mujeres.

El derecho sobre el propio cuerpo

En diferentes luchas feministas, como en los temas relacionados al aborto o a la prostitución, siempre se habla del derecho de poder decidir sobre el cuerpo propio. En este caso, las mujeres que deciden someterse a una mamoplastia, lo hacen en consciencia de que están gobernando sobre su cuerpo y aplicando lo que mejor consideren para él.

Esta es una decisión de empoderamiento profundamente feminista, que resalta en demasía la autoridad de la mujer para con su vida y la poca o nula interferencia que debe tener por parte de terceros. Siempre que una mamoplastia se haga sin presiones y producto del convencimiento propio, entonces será posible tener una decisión feminista y autónoma.

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